El MCERL es un documento elaborado por el Consejo Europeo que responde a una serie de propósitos políticos, económicos y sociales en el contexto de la Unión Europea para conseguir una mayor unidad entre sus miembros. Su objetivo fundamental es la convergencia de los sistemas educativos nacionales en un modelo común en tipos de formación, centro, títulos, métodos y programas, favoreciendo la transparencia de los cursos, sus programas y las titulaciones y fomentando la cooperación internacional en el campo de las lenguas modernas.
Otro de los aspectos fundamentales del MCERL es la búsqueda del desarrollo de competencias y destrezas de distintos tipos en un enfoque orientado a la acción. Toda comunicación humana depende de un conocimiento compartido del mundo para el aprendizaje de lenguas, los conocimientos necesarios no están únicamente relacionados con la lengua y la cultura, sino que existen más conocimientos contextuales que participan en el proceso comunicativo. Por este motivo es necesario que el desarrollo de las competencias se realice en un contexto específico y concreto, es decir, los estudiantes aprenden una lengua como miembros de una sociedad y mediante la realización de tareas en una serie de circunstancias, en un entorno concreto y en un contexto específico. Las tareas de aprendizaje de idiomas tendrán que intentar reproducir esta realidad, por lo que también deben estar enmarcadas dentro de una serie de parámetros comunes a los hablantes por lo que no serán exclusivamente actividades lingüísticas, pero siempre requerirán competencia comunicativa.
El MCERL también establece una definición de los niveles comunes de referencia mediante la descripción del nivel de dominio de la lengua basado en lo que el usuario de la lengua es capaz de hacer. Esta definición puede ayudar a concretar qué se considera apropiado en distintos niveles de aprendizaje, lo que a su vez ayudará a la definición de especificaciones transparentes y realistas respecto a los objetivos generales del aprendizaje de un idioma. Además, también resulta útil por motivos prácticos para segmentar el proceso de aprendizaje y responder a las necesidades de diseño curricular, exámenes, programaciones, etc. Estos niveles serán comunes para todos los países lo que facilitará el reconocimiento de las titulaciones y la movilidad en Europa. Esta movilidad favorecerá a su vez la superación de barreras lingüísticas y fomentará el respeto por la diversidad cultural mediante la cooperación internacional.
Otro de los aspectos fundamentales del MCERL es el uso de la lengua que hace el usuario o el alumno. Con la formación en idiomas se pretende desarrollar en el individuo una personalidad más rica y compleja, ya que el alumno no aprende solo una lengua, sino que adquiere una nueva forma de actuar y de comunicarse. Este nuevo aprendizaje debe contemplarse desde la perspectiva del plurilingüismo y la interculturalidad, pues al adquirir una lengua nueva el individuo no deja de ser competente en su cultura y lengua maternas.
En línea con la consideración del uso de la lengua que hará el alumno, surge como un aspecto fundamental del MCERL las competencias que este adquiere. En este punto se da especial importancia a la competencia comunicativa, ya que todas las competencias humanas participan de una forma u otra de la capacidad de comunicación del individuo.
Ya no se busca reproducir el modelo de “hablante nativo ideal”, sino que, ya que en el desarrollo de la competencia comunicativa intervienen varios factores personales, interpersonales, sociales y culturales, lo que se busca es desarrollar en los individuos un repertorio lingüístico en el que intervengan todas las capacidades lingüísticas, con la finalidad de desarrollar una competencia plurilingüe. Para ello, el aprendizaje debe incluir aspectos y factores de tipo situacional, interactivo, contextual y cultural que sean relevantes para conseguir el nivel de competencia deseado.
El siguiente de los puntos fundamentales del MCERL es el aprendizaje y la enseñanza de la lengua que determina que el alumno pueda desarrollar las competencias necesarias para la comunicación. Las competencias plurilingües y pluriculturales pueden presentar algunos desequilibrios que son normales; por ejemplo: los alumnos normalmente dominan un idioma mejor que los demás, desarrollan distintas competencias en distintos idiomas, de tal forma que son capaces de expresarse mejor oralmente en algunas lenguas que en otras, y no siempre el perfil pluricultural y plurilingüe siguen un desarrollo simétrico.
Otro de los puntos fundamentales del MCERL son las tareas y su papel en la enseñanza de la lengua. Ya hemos mencionado aquí en párrafos anteriores la necesidad de la adquisición de competencias para el desarrollo de tareas. Cada individuo se enfrenta a las tareas de forma distinta en función de sus competencias, sus características individuales y la propia naturaleza de la tarea. Así, debemos ser flexibles a la hora de presentar tareas al alumno e incluir tareas que tengan mayor o menor carácter lingüístico. Algunos ejemplos: pintar, escribir historias, como actividades más creativas, arreglar o montar algo, actividades de destreza, solucionar problemas, o tareas en las que los participantes realizan actividades de interacción, expresión, comprensión o mediación, o una combinación de dos o más de ellas.
El penúltimo de los puntos fundamentales del MCERL nos habla de la diversificación lingüística y el currículum. Por norma habitual la enseñanza de lenguas está basada en objetivos o en competencias, para estudiantes de primaria, y en la competencia comunicativa, para alumnos de secundaria. En estos casos el objetivo es la construcción y el desarrollo de las competencias. Para el caso de la enseñanza de adultos, la educación está basada en torno a sus necesidades, con capacidades funcionales contextualizadas, buscando una preparación óptima para actividades relativas al funcionamiento en un ámbito específico. El Marco pretende evitar el tratamiento de estas modalidades como dos prácticas independientes y busca contribuir a relacionarlas entre sí demostrando que, en realidad, deberían ser complementarias.
Por último, se presenta el tema de la evaluación, que pretende valorar el grado de dominio lingüístico. El Marco se ocupa del concepto de validez dentro de la evaluación, es decir en qué medida puede demostrarse que lo que se evalúa es una representación del dominio lingüístico que poseen los candidatos a una evaluación.
Desde nuestro punto de vista, de todos los puntos fundamentales tratados en el marco, nos parece de especial relevancia el relativo al enfoque orientado a la acción, que supone que el aprendizaje de lenguas requiere la realización de tareas que van más allá de lo meramente lingüístico y requieren la recreación de contextos para su desarrollo. Esta misma idea de la contextualización ya estaba recogida por Vigotsky en sus teorías sobre la educación.
Como veíamos, el principal objeto de enfocar el aprendizaje en acciones es el desarrollo de la competencia comunicativa, para lo que será indispensable trabajar la expresión oral. Esta es una tarea complicada por muchos motivos, como por ejemplo: falta de conocimiento sobre el tema, falta de vocabulario para mantener el discurso en el idioma extranjero, participación desigual de los alumnos, sentimiento de vergüenza, miedo a cometer errores, falta de confianza en uno mismo o falta de interés en el tema del que se habla.
El MCERL no hace apreciación alguna sobre el método específico que hay que emplear para lograr el dominio de las competencias, no obstante, nosotros entendemos que se trata de un método comunicativo que consistirá en hacer que los alumnos trabajen en una situación completa, realista y verosímil intentando situaciones reales y realistas de comunicación, en lugar de centrar el aprendizaje en conceptos o lecciones gramaticales y listas de vocabulario sin contextualizar. Este método permite formar a los alumnos para ser capaces de realizar tareas como usuarios del idioma, es decir, prepararlos para el uso real del mismo como herramienta de comunicación en cualquier contexto que el usuario busque: laboral, un examen de nivel, viajes, ocio, relaciones sociales, etc.
Nos parece que orientar la enseñanza de un idioma basándose en la utilidad y practicidad del mismo es todo un acierto, ya que permitirá al alumno apreciar rápidamente que su aprendizaje es útil y podrá poner en práctica lo aprendido, factor que incrementará su motivación y facilitará que pueda avanzar de forma autónoma, buscando soluciones para situaciones en las que desee comunicarse. Como es evidente, estas tareas buscan más la fluidez que la exactitud, de forma que el objetivo es que el alumno sea capaz de comunicarse, de entenderse en una situación comunicativa, más que producir textos totalmente correctos pero sin la capacidad de aplicarlos en una situación real.
Como mencionamos anteriormente son muchos los factores que dificultan la puesta en práctica de la expresión oral en el aula, por eso para poder implementar este tipo de actividades tendremos que recurrir al interés de los alumnos por comunicarse. Es decir, tendremos que recrear situaciones en las que los alumnos quieran hablar y no limitarnos a ejercicios de roleplay en los que los alumnos simplemente tienen que hablar. Para ello tendremos que buscar temas que traten sus intereses, preocupaciones, inquietudes, etc. Además, es importante que todas las actividades tengan una finalidad concreta, que los estudiantes sientan que van a conseguir algo al finalizar el ejercicio para que así tengan una motivación más para realizarlo. En este sentido, son muy útiles los ejercicios en forma de juego, no necesariamente competitivos, pero sí con un objetivo final concreto que los alumnos tengan que lograr. También resultan prácticas las tareas por proyectos, haciendo que los alumnos tengan que desarrollar algo que será el producto final de su trabajo, como por ejemplo: un programa de radio, podcasts, etc., o intercambios lingüísticos con pares de otros centros o países.
En conclusión, es de especial importancia que el docente sea consciente de la importancia del contexto. El aprendizaje no tiene lugar en aislamiento, y en muchos casos el mismo contexto servirá como elemento motivador del alumnado ya que le ofrece un marco realista para su aprendizaje y un factor de interés por el idioma gracias a la utilidad práctica del mismo.
Referencias:
- Baralo, M.: “El desarrollo de la expresión oral en el aula de E/LE”, Carabela, , 27 (2000), 5-36. Recuperado de: http://aularagon.catedu.es/materialesaularagon2013/fepa/zips/Modulo_5/Baralo_expresion_oral.pdf
- Cenoz, J.: “El concepto de Competencia Comunicativa”, en Vademécum para la formación de profesores. 1.ª reimpresión 2008. Madrid: SGEL, 449-462. Recuperado de: https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/antologia_didactica/enfoque_comunicativo/cenoz02.htm
- Consejo de Europa: Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas. (2002)Madrid: Anaya. Recuperado de: http://cvc.cervantes.es/obref/marco/ (español) y también disponible en: http://www.culture2.coe.int/portfolio/documents_intro/common_framework.html (inglés)
- Objetivos educativos europeos y españoles: Estrategia de Educación y Formación 2020 (2013). Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Recuperado de: http://www.mecd.gob.es/dctm/inee/indicadores%E2%80%90educativos/informeet20202013.pdf?documentId=0901e72b81732dc8
- Rábea, B.“El desarrollo de la expresión oral en lengua extranjera”, (2010) Universidad de Bouzaréah, Recuperado de: https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/publicaciones_centros/PDF/argel_2010/02_rabea.pdf
Otro de los aspectos fundamentales del MCERL es la búsqueda del desarrollo de competencias y destrezas de distintos tipos en un enfoque orientado a la acción. Toda comunicación humana depende de un conocimiento compartido del mundo para el aprendizaje de lenguas, los conocimientos necesarios no están únicamente relacionados con la lengua y la cultura, sino que existen más conocimientos contextuales que participan en el proceso comunicativo. Por este motivo es necesario que el desarrollo de las competencias se realice en un contexto específico y concreto, es decir, los estudiantes aprenden una lengua como miembros de una sociedad y mediante la realización de tareas en una serie de circunstancias, en un entorno concreto y en un contexto específico. Las tareas de aprendizaje de idiomas tendrán que intentar reproducir esta realidad, por lo que también deben estar enmarcadas dentro de una serie de parámetros comunes a los hablantes por lo que no serán exclusivamente actividades lingüísticas, pero siempre requerirán competencia comunicativa.
El MCERL también establece una definición de los niveles comunes de referencia mediante la descripción del nivel de dominio de la lengua basado en lo que el usuario de la lengua es capaz de hacer. Esta definición puede ayudar a concretar qué se considera apropiado en distintos niveles de aprendizaje, lo que a su vez ayudará a la definición de especificaciones transparentes y realistas respecto a los objetivos generales del aprendizaje de un idioma. Además, también resulta útil por motivos prácticos para segmentar el proceso de aprendizaje y responder a las necesidades de diseño curricular, exámenes, programaciones, etc. Estos niveles serán comunes para todos los países lo que facilitará el reconocimiento de las titulaciones y la movilidad en Europa. Esta movilidad favorecerá a su vez la superación de barreras lingüísticas y fomentará el respeto por la diversidad cultural mediante la cooperación internacional.
Otro de los aspectos fundamentales del MCERL es el uso de la lengua que hace el usuario o el alumno. Con la formación en idiomas se pretende desarrollar en el individuo una personalidad más rica y compleja, ya que el alumno no aprende solo una lengua, sino que adquiere una nueva forma de actuar y de comunicarse. Este nuevo aprendizaje debe contemplarse desde la perspectiva del plurilingüismo y la interculturalidad, pues al adquirir una lengua nueva el individuo no deja de ser competente en su cultura y lengua maternas.
En línea con la consideración del uso de la lengua que hará el alumno, surge como un aspecto fundamental del MCERL las competencias que este adquiere. En este punto se da especial importancia a la competencia comunicativa, ya que todas las competencias humanas participan de una forma u otra de la capacidad de comunicación del individuo.
Ya no se busca reproducir el modelo de “hablante nativo ideal”, sino que, ya que en el desarrollo de la competencia comunicativa intervienen varios factores personales, interpersonales, sociales y culturales, lo que se busca es desarrollar en los individuos un repertorio lingüístico en el que intervengan todas las capacidades lingüísticas, con la finalidad de desarrollar una competencia plurilingüe. Para ello, el aprendizaje debe incluir aspectos y factores de tipo situacional, interactivo, contextual y cultural que sean relevantes para conseguir el nivel de competencia deseado.
El siguiente de los puntos fundamentales del MCERL es el aprendizaje y la enseñanza de la lengua que determina que el alumno pueda desarrollar las competencias necesarias para la comunicación. Las competencias plurilingües y pluriculturales pueden presentar algunos desequilibrios que son normales; por ejemplo: los alumnos normalmente dominan un idioma mejor que los demás, desarrollan distintas competencias en distintos idiomas, de tal forma que son capaces de expresarse mejor oralmente en algunas lenguas que en otras, y no siempre el perfil pluricultural y plurilingüe siguen un desarrollo simétrico.
Otro de los puntos fundamentales del MCERL son las tareas y su papel en la enseñanza de la lengua. Ya hemos mencionado aquí en párrafos anteriores la necesidad de la adquisición de competencias para el desarrollo de tareas. Cada individuo se enfrenta a las tareas de forma distinta en función de sus competencias, sus características individuales y la propia naturaleza de la tarea. Así, debemos ser flexibles a la hora de presentar tareas al alumno e incluir tareas que tengan mayor o menor carácter lingüístico. Algunos ejemplos: pintar, escribir historias, como actividades más creativas, arreglar o montar algo, actividades de destreza, solucionar problemas, o tareas en las que los participantes realizan actividades de interacción, expresión, comprensión o mediación, o una combinación de dos o más de ellas.
El penúltimo de los puntos fundamentales del MCERL nos habla de la diversificación lingüística y el currículum. Por norma habitual la enseñanza de lenguas está basada en objetivos o en competencias, para estudiantes de primaria, y en la competencia comunicativa, para alumnos de secundaria. En estos casos el objetivo es la construcción y el desarrollo de las competencias. Para el caso de la enseñanza de adultos, la educación está basada en torno a sus necesidades, con capacidades funcionales contextualizadas, buscando una preparación óptima para actividades relativas al funcionamiento en un ámbito específico. El Marco pretende evitar el tratamiento de estas modalidades como dos prácticas independientes y busca contribuir a relacionarlas entre sí demostrando que, en realidad, deberían ser complementarias.
Por último, se presenta el tema de la evaluación, que pretende valorar el grado de dominio lingüístico. El Marco se ocupa del concepto de validez dentro de la evaluación, es decir en qué medida puede demostrarse que lo que se evalúa es una representación del dominio lingüístico que poseen los candidatos a una evaluación.
Desde nuestro punto de vista, de todos los puntos fundamentales tratados en el marco, nos parece de especial relevancia el relativo al enfoque orientado a la acción, que supone que el aprendizaje de lenguas requiere la realización de tareas que van más allá de lo meramente lingüístico y requieren la recreación de contextos para su desarrollo. Esta misma idea de la contextualización ya estaba recogida por Vigotsky en sus teorías sobre la educación.
Como veíamos, el principal objeto de enfocar el aprendizaje en acciones es el desarrollo de la competencia comunicativa, para lo que será indispensable trabajar la expresión oral. Esta es una tarea complicada por muchos motivos, como por ejemplo: falta de conocimiento sobre el tema, falta de vocabulario para mantener el discurso en el idioma extranjero, participación desigual de los alumnos, sentimiento de vergüenza, miedo a cometer errores, falta de confianza en uno mismo o falta de interés en el tema del que se habla.
El MCERL no hace apreciación alguna sobre el método específico que hay que emplear para lograr el dominio de las competencias, no obstante, nosotros entendemos que se trata de un método comunicativo que consistirá en hacer que los alumnos trabajen en una situación completa, realista y verosímil intentando situaciones reales y realistas de comunicación, en lugar de centrar el aprendizaje en conceptos o lecciones gramaticales y listas de vocabulario sin contextualizar. Este método permite formar a los alumnos para ser capaces de realizar tareas como usuarios del idioma, es decir, prepararlos para el uso real del mismo como herramienta de comunicación en cualquier contexto que el usuario busque: laboral, un examen de nivel, viajes, ocio, relaciones sociales, etc.
Nos parece que orientar la enseñanza de un idioma basándose en la utilidad y practicidad del mismo es todo un acierto, ya que permitirá al alumno apreciar rápidamente que su aprendizaje es útil y podrá poner en práctica lo aprendido, factor que incrementará su motivación y facilitará que pueda avanzar de forma autónoma, buscando soluciones para situaciones en las que desee comunicarse. Como es evidente, estas tareas buscan más la fluidez que la exactitud, de forma que el objetivo es que el alumno sea capaz de comunicarse, de entenderse en una situación comunicativa, más que producir textos totalmente correctos pero sin la capacidad de aplicarlos en una situación real.
Como mencionamos anteriormente son muchos los factores que dificultan la puesta en práctica de la expresión oral en el aula, por eso para poder implementar este tipo de actividades tendremos que recurrir al interés de los alumnos por comunicarse. Es decir, tendremos que recrear situaciones en las que los alumnos quieran hablar y no limitarnos a ejercicios de roleplay en los que los alumnos simplemente tienen que hablar. Para ello tendremos que buscar temas que traten sus intereses, preocupaciones, inquietudes, etc. Además, es importante que todas las actividades tengan una finalidad concreta, que los estudiantes sientan que van a conseguir algo al finalizar el ejercicio para que así tengan una motivación más para realizarlo. En este sentido, son muy útiles los ejercicios en forma de juego, no necesariamente competitivos, pero sí con un objetivo final concreto que los alumnos tengan que lograr. También resultan prácticas las tareas por proyectos, haciendo que los alumnos tengan que desarrollar algo que será el producto final de su trabajo, como por ejemplo: un programa de radio, podcasts, etc., o intercambios lingüísticos con pares de otros centros o países.
En conclusión, es de especial importancia que el docente sea consciente de la importancia del contexto. El aprendizaje no tiene lugar en aislamiento, y en muchos casos el mismo contexto servirá como elemento motivador del alumnado ya que le ofrece un marco realista para su aprendizaje y un factor de interés por el idioma gracias a la utilidad práctica del mismo.
Referencias:
- Baralo, M.: “El desarrollo de la expresión oral en el aula de E/LE”, Carabela, , 27 (2000), 5-36. Recuperado de: http://aularagon.catedu.es/materialesaularagon2013/fepa/zips/Modulo_5/Baralo_expresion_oral.pdf
- Cenoz, J.: “El concepto de Competencia Comunicativa”, en Vademécum para la formación de profesores. 1.ª reimpresión 2008. Madrid: SGEL, 449-462. Recuperado de: https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/antologia_didactica/enfoque_comunicativo/cenoz02.htm
- Consejo de Europa: Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas. (2002)Madrid: Anaya. Recuperado de: http://cvc.cervantes.es/obref/marco/ (español) y también disponible en: http://www.culture2.coe.int/portfolio/documents_intro/common_framework.html (inglés)
- Objetivos educativos europeos y españoles: Estrategia de Educación y Formación 2020 (2013). Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Recuperado de: http://www.mecd.gob.es/dctm/inee/indicadores%E2%80%90educativos/informeet20202013.pdf?documentId=0901e72b81732dc8
- Rábea, B.“El desarrollo de la expresión oral en lengua extranjera”, (2010) Universidad de Bouzaréah, Recuperado de: https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/publicaciones_centros/PDF/argel_2010/02_rabea.pdf
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