PROGAMACIONES DIDÁCTICAS (EOI) Y METODOLOGÍA CLIL/AICLE (Dossier)

En la tercera sesión de la materia tratamos los temas 5 y 6.
Teníamos pendientes la aclaración de algunos conceptos relativos a las programaciones, como los estándares de aprendizaje, y tuvimos la ocasión de aclararlos y ver algunos ejemplos. El repaso de estos conceptos está disponible en la entrada anterior de este mismo blog, os dejo aquí el enlace para que os resulte más cómodo acceder.

También tuvimos la ocasión de conocer dos aplicaciones muy interesantes para incluir los estándares en nuestras evaluaciones. Sin duda resultarán de gran utilidad ya que es importante tenerlos todos en cuenta y estas aplicaciones nos ayudarán a no olvidarnos ninguno y a no repetirlos en la misma actividad. Estas aplicaciones son:

LaForja
iDoceo

Por lo que podido ver, la última aplicación tienen muy buenas referencias ya que es muy versátil, potente y permite realizar muchas tareas del día a día del profesor, como por ejemplo: configurar horarios de clase, hacer copias de seguridad en Dropbox, enviar archivos vía email a padres, alumnos y a otros compañeros de trabajo, hacer planos con la distribución de los alumnos de una clase, etc.
Sin embargo, solo está disponible para los usuarios de iOS, los usuarios de Android pueden encontrar funciones similares en un equivalente un poco más débil: Additio APP.


Siguiendo con el repaso a las programaciones, durante esta sesión pudimos analizar por grupos programaciones de enseñanzas de régimen especial, en este caso las programaciones de las EOI de Santiago, A Coruña, Ourense, Pontevedra y Vigo. En mi grupo tuvimos que analizar la programación de inglés de la EOI de A Coruña. Estaba en general bastante bien ya que incluia casi todos los elementos y estaba bien organizada. Una de las pegas que encontramos es que el índice no incluía los números de página y tampoco tenía hipervínculos que permitiesen acceder al apartado directamente, por lo que la navegación era un poco incómoda, ya que se trataba de un documento de más de 140 páginas.

Otro de los aspectos que no aparecía claramente identificado en la programación era el apartado relativo a la adaptación a la diversidad. Esto se debe a que las EOI no tienen departamento de orientación, por lo que la atención a la diversidad depende únicamente del profesorado, que tendrá que tomar las medidas adecuadas en el aula en función de las características de su alumnado, que en una EOI puede ser muy diverso. De hecho, según se comentó en clase, es bastante habitual que en las EOI haya alumnos con deficiencias auditivas que normalmente exigirían un interprete de lengua de signos, y al tratarse de enseñanzas de idiomas podrían serían necesarios dos interpretes, uno para cada idioma. En el aula también se comentó que muchas veces, en las EOI se ha denegado el acceso a este tipo de recursos al alumnado y que además tampoco existen profesores de apoyo, por lo que podemos concluir que la atención a la diversidad es una materia pendiente en el currículum de las EOI y no solo en la programación analizada.

De las otras programaciones que pudimos ver y analizar en clase, las más completas fueron las de las EOI de Pontevedra y Santiago, y las más incompletas las de Vigo y Ourense, que presentaban importantes deficiencias.



Tras analizas las programaciones y repasar la normativa que afecta a las EOI y las enseñanzas de régimen especial, dimos comienzo al tema 6 de la materia, que trata la metodología CLIL/AICLE.
En la publicación anterior de este blog también resumimos en qué se basa esta metodología y qué pretende.

Pudimos realizar un debate piramidal -algo tenso- sobre la aprobación del programa EDUlingüe y la repercusión que tiene sobre las lenguas locales, la capacidad de los alumnos, la lengua impatida, etc.
Aunque la mayoría estabamos de acuerdo en que no nos parece la mejor opción para tratar de mejorar la competencia lingüística de los alumnos en lenguas extranjeras, había algunas voces discordantes que defendieron que, aunque no fuese la mejor, sí era una metodología que suponía un avance en esta línea y que sin duda traería mejoras a largo plazo.

Por nuestra parte, consideramos que este programa reduce drásticamente la relevancia de la lengua local, especialmente en las regiones en las que existan lenguas cooficiales. Otro de los aspectos que no nos atrae de esta metodología es el papel que atribuye a los docentes de lengua inglesa, que quedarán como meros auxiliares de los demás profesores, pues el uso de la lengua inglesa pasa a estar desempeñado de alguna forma por los profesores de las demás materias.

Otra desventaja que apreciamos en esta metodología es la falta de nivel en el idioma por parte de los demás profesores. Si bien es verdad que se les exige un B2 para poder impatir las clases en inglés, basta con que el nivel esté certificado (incluso desde hace años) pero no se valora realmente si los docentes tienen competencia comunicativa y lingüística suficiente como para impartir sus materias en lengua extranjera. Creemos además, que si los profesores no dominan el idioma y los alumnos aprencian que el nivel del profesor es pobre, esto puede suponer que los estudiantes pierdan respeto a una figura que incurre constantemente en errores.

Tras este debate, nuestra compañera María realizó una presentación sobre la implatación de la metodología CLIL, en la que pudimos ver una unidad didáctica sobre las energías renovables que se impartiría en lengua inglesa. Aparentemente, parece que la opción es totalmente viable, pero nosotros pensamos que no es posible que la cantidad de materia impartida sea la misma que si se hiciese en lengua extranjera, y además consideramos que el nivel de asimilación y de comprensión de los alumnos tampoco puede ser el mismo. De esta forma, si sumamos reducción de contenidos y reducción de comprensión, el resultado nunca puede ser positivo, aunque sobre el papel parezca que seremos capaces de impartir una clase de ciencias naturales en lengua inglesa.

Como solución a esta problemática, pensamos que el camino a seguir sería el contrario, es decir, tratar en la clase de inglés contenidos que les puedan ser útiles para el resto de materias, y escapar un poco de los temas neutros y anodinos que el curriculum obliga a tratar en las clases de inglés como: los viajes, la familia, la alimentación, etc.

Pensamos que este cambio de metodología, además de servirles como complemento/repaso para otras asignaturas, captaría su atención y les motivaría, al detectar que lo que están aprendiendo en la clase de inglés les resultará útil para sus necesidades diarias, i.e. adquirir los conocimientos de las otras materias. Además, como no sería posible tratar los temas con la misma profundidad que tratan los profesores de la materia específica, tampoco supondría un problema para el profesor de lengua inglesa, ya que trataría los temas de una forma divulgativa sin profundizar demasiado en ellos, lo suficiente para hacer un repaso. Para el alumnado sería incluso un factor motivador más, ya que podrían profundizar más en los temas tratados, exponer sus ideas y conocimientos y resultaría muy sencillo realizar clases con la metodología inversa (flipped classroom).




Comentarios

  1. ¡Hola Antonia! Me ha parecido muy interesante tu entrada, en particular, lo que comentas sobre las aplicaciones para incluir los estándares en la evaluación. IDoceo me había parecido una aplicación muy buena en el vídeo que vimos en clase, pero non me había dado cuenta de que solamente está disponible para iOS. Es una pena, pero gracias por proponernos una alternativa a los usuarios de Android.
    También estoy muy de acuerdo en todos los aspectos que mencionas sobre la metodología AICLE, que ya discutimos en clase. Aun así, no debemos olvidar que esta metodología está funcionando en Europa y que, tal vez, el problema resida en como se está implantando aquí. Es muy importante dotar a nuestros jóvenes de un buen nivel de inglés para que puedan enfrentarse a su futuro laboral, pero es cierto que el método para conseguirlo no debe afectar a nuestras lenguas ni a nuestra cultura.

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